Ausencia de certeza, ansias de saber
guarida de dudas, temores y esperanzas
espera desesperante o tal vez ilusionada
instalada furtivamente en las entrañas
Llevadera o insoportable, a ratos, según te pille
acuciante, silenciosa, serena, nerviosa...
entretela de emociones encontradas
umbral de verdades anheladas
Imposible de evitar, mientras existe, la angustia,
la impaciencia, el miedo, la expectación,
el deseo incontrolable de darle un tiro y matarla
o decidir esperar que ella solita se muera
Y que deje de existir y de paso a la verdad
que si esta es dulce o amarga, dará igual
será real y tangible, ya no habrá que imaginar
simplemente hay que aceptarla y…, ya está!!!
Carmen Rocamora
(contadora de historias)
2 de septiembre de 2014
No sabemos si es mejor aceptar o dejar pasar, unas veces lo tenemos claro y otras el cosquilleno no nos deja decidirnos.
ResponderEliminar