Si al ser humano le fuera posible recordar el
instante preciso de su nacimiento, o mejor aún, si se pudiera rescatar el
recuerdo de los meses que pasamos en el vientre materno, flotando en un líquido
tibio y acogedor, alimentados a través de un delicado cordón, compartiendo comida,
sueño, sonidos, movimientos con la mujer que nos alberga en sus adentros….
Y si luego de haber nacido, fuera posible
acordarnos del momento mágico en que succionamos por primera vez la teta y del sabor
del primer trago de leche…., del olor, del tono de voz, del modo de acunarnos,
de esa mujer que hizo posible nuestra venida al mundo….
Si recordar todo ello fuera posible, los seres
humanos todos, hombres y mujeres, tendrían la certeza absoluta de que sin
ellas, sin las mujeres, no habría nacimientos, no habría vida…
Crear una vida nueva es cosa de dos, es verdad,
hombre y mujer son necesarios, pero el papel que cada uno tiene, a partir del
momento en que se produce el engendro de una nueva criatura es muy diferente, el
hombre puede permanecer implicado todo el tiempo, probablemente lo estará toda
la vida, pero cuenta con la opción de dejarlo ahí y desentenderse desde el
primer momento….., la mujer sí o sí estará implicada hasta el final, porque es
en su vientre donde se gesta mes a mes ese nuevo ser que sin ella jamás vería
la luz….
Cada uno de los seres humanos que pueblan el
planeta, ha nacido de una mujer, ese podría ser un buen motivo para que ellas,
las mujeres, reclamaran algún tipo de distinción, algún privilegio, pero no,
ellas consideran ya un privilegio el hecho de poder parir un hijo, de modo que,
lejos de eso, lo que llevan reclamando desde hace mucho, es que se las trate de
igual manera que a los hombres, ni mejor, ni peor, sencillamente con igualdad y
equidad.
Y mientras eso no sea así, cada 8 de marzo,
nosotras las mujeres, seguiremos celebrando nuestro día, para recordar, para
reivindicar, para concienciar a todos los seres humanos, hombres y mujeres del
planeta, que poseemos las mismas capacidades y merecemos los mismos derechos
que los hombres, que no somos seres inferiores, todo lo contrario, pues sin una
mujer dispuesta a parir, a amamantar, a acunar, a enseñar a caminar, a curar
heridas, a dar de comer, a tomar lecciones y corregir deberes, a ofrecer refugio
en su regazo y a regalar besos y abrazos…… es evidente que la humanidad se
habría extinguido ya.
Por eso y por tantas y tantas razones, felicidades a
todas las mujeres, porque dentro de cada una de vosotras, hay UNA MUJER!!!
Carmen Rocamora
(contadora de historias)
8 de marzo de 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario