El nuevo año estuvo precedido de acontecimientos
diversos e inesperados cambios, el tiempo navideño resultó ser un
combinado de ausencias, encuentros, comidas, cenas, dulces, silencios,
conversaciones, música, risas y llantos
no es de extrañar que arrancase su
andadura sumido en una especie de letargo, como el que están viviendo mis
tortugas, días tranquilos y desganados, nostálgicos la mayoría de las veces
hacer nada es lo que me ha estado
apeteciendo y eso ha sido lo que he venido haciendo, cuando me lo ha permitido
aquello que había que hacer sin remedio….
Y bien!!!, llegó la hora de dejar a un
lado ese letargo, veamos si poco a poco vuelven las ganas y el entusiasmo, pero
sin ninguna prisa, pasito a paso, haciéndole caso al cuerpo que no siempre,
pero la mayoría de las veces, acierta!!, que por algo dicen aquello de que “el
cuerpo es sabio”…….
Carmen Rocamora
(Contadora de historias)
25 de enero de 2013
Acomodarse en la melancolía, dejar de pensar, intentar no sentir y no hacer nada, aún a sabiendas que nada es algo es muy gratificante, una sesión de spa para el espíritu y la mente. Abrazos cariñosos
ResponderEliminarHola amiga Ester, efectivamente a veces olvidamos que hacer nada es algo importante y necesario, simplemente hay que quitarle el "no" que tradicionalmente le hemos puesto delante. Besos :)
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